Los géneros en la literatura son tan útiles como liosos. Muchos se combinan y entrelazan en diferentes proporciones que consiguen que una no sepa si lo que está buscando es una novela feelgood romántica o una comedia romántica. Eso es precisamente lo que vamos a abordar hoy: las diferencias entre novela feelgood romántica y comedia romántica.
Para empezar, hay que tener claro que toda historia tiene un género predominante, el que más peso tiene en la trama, y este género principal se adereza con diferentes subgéneros que dotan de riqueza a la novela. Esto no es una regla escrita en piedra, pero me cuesta encontrar novelas que pertenezcan a un solo género, porque incluso la novela costumbrista, que es un género bastante certero y amplio, da pie a coletillas como «novela costumbrista contemporánea» o «novela costumbrista histórica», por poner un ejemplo. Dicho esto, seguro que te estarás preguntando…
¿Qué narices es eso de «género feelgood»?
Parafraseando el artículo de mi blog, «la novela feelgood es aquella escrita con el objetivo de hacer sentir bien al lector, tiene como trama principal el desarrollo de los personajes arropados por un clima agradable cuyo final obligatoriamente ha de ser feliz y dejarte con un buen sabor de boca».
Los ingredientes básicos de este cóctel buenrollero son el tono amable de la narración, que hay conflicto en la trama pero no drama (puede haber tintes, pero no poner el foco en él), personajes apapuchables, un clima agradable y un final feliz.
Por supuesto, al ser un género relativamente reciente (fue el contraataque de la gente frente a los estragos de la II Guerra Mundial), no creo que haya ningún estudio académico ni ningún consenso literario oficial sobre ello, pero como fiel lectora del género, te puedo asegurar que esos son los ingredientes principales. Cada novela feelgood le da más peso a uno o a otro, pero todas los incluyen.
Y, si queremos añadir la coletilla romántica al género feelgood, es tan sencillo como introducir una trama romántica con mucho peso, pero que no sea la principal. Algunos ejemplos de novelas feelgood románticas (donde la trama principal es la feelgood y la romántica es una subtrama) son, por ejemplo, Club de lectura para corazones despistados, de Mónica Gutiérrez, y Un arcoíris sobre París, de una servidora. En ambas historias la trama principal se centra en el reto laboral y personal que debe superar la protagonista, mientras que las tramas románticas tienen un papel más secundario (aunque igualmente salseante 😏).

¿Y qué hay de las romcoms?
La comedia romántica se considera un subgénero de la novela romántica porque incorpora elementos del género cómico, como el humor, los enredos y las situaciones divertidas, que moldean el tono y el estilo de la narrativa romántica.
En el caso de las romcoms, los ingredientes básicos podrían ser el tono ligero y humorístico, el conflicto romántico basado en enredos cómicos, personajes entrañables pero imperfectos, ambientaciones dinámicas y variadas, la química y la chispa entre los protagonistas y, por supuesto, el final romántico y feliz. Sí, soy de las defensoras de que si los personajes no acaban juntos, no es una novela romántica, será otra cosa con tintes románticos, pero no del género romántico per se. ¿Podemos debatir esto? Por supuesto, intercambiar ideas y opiniones siempre es muy enriquecedor, pero de este burro no me bajo, ya te lo aviso. 😂
Algunos ejemplos de comedia romántica son (lo siento, van a ser títulos pocos conocidos y los pongo a propósito porque creo que se merecen que los descubras cuanto antes): No eres tú, soy yo…, de Tash Skilton, y mi queridísima La dama y el bandolero, de Libertad Delgado (esta, además, es comedia romanticoerótica histórica, ¡casi nada!).
Ahora que ya te he puesto en situación y que tienes muy bien identificados ambos géneros…
¿Cuáles son las principales diferencias entre la novela feelgood romántica y la comedia romántica?
Porque, aunque tienen rasgos en común, como las tramas románticas, los personajes chachis y el final feliz, las sensaciones que nos producen no son exactamente las mismas.
De hecho, son géneros tan específicos que cuando busco uno de ellos y me encuentro otra cosa me suelo decepcionar un poco. Es obvio que no puedo obligar a nadie, ni autores, ni editoriales, ni librerías, a catalogar sus libros con la misma vara de medir que utilizo yo, pero a veces se dejan llevar tanto por el marketing, las modas o se quedan tanto en la superficie, que resulta muy difícil dar con lo que una busca a la primera, sobre todo, como digo, en el caso de géneros tan concretos y con tanto nivel de subjetividad.
Sin ir más lejos, para dar con mi primera lectura del año (me apetecía una novela feelgood romántica no muy larga) me pasé una hora mínimo en la tienda Kindle leyendo y comparando sinopsis, reseñas, etc., hasta dar con la novela que se acerca bastante a lo que buscaba: Los tres secretos de Mary Mirage, de Mario Sanca.
Y es que aunque el ritmo, el tono y el estilo narrativo en ambos géneros sea ligero, la novela feelgood se presta más a los ritmos calmados, tonos más amables y a un estilo más emocional, poético u onírico; mientras que la comedia romántica tiende hacia un ritmo más dinámico, un tono, valga la redundancia, humorístico y un estilo más gamberrete o coloquial.
Algo parecido sucede con la ambientación: en las novelas feelgood románticas tienden a ser lugares acogedores, refugios para la protagonista que busca respuestas y sanación. Sin embargo, en las romcoms nos encontramos con ambientaciones más cañeras o cotidianas que se prestan con facilidad a dar pie a situaciones extravagantes o llenas de contrastes, que es lo que da pie a las situaciones cómicas.
Pero, sin lugar a dudas, la diferencia entre ambos géneros que se lleva el oro es la trama romántica: ambas la incluyen, pero en las novelas feelgood románticas suele ser una subtrama, no la trama principal (para eso, busca una novela romántica feelgood). Sucede al contrario en las comedias románticas, donde el romance soporta, como mínimo, la mitad del peso de la trama. Supongo que en este caso no se pone delante el género que predomina sencillamente porque suena mejor comedia romántica que romance cómico.
Como ves, son pequeños matices que, unidos, crean grandes diferencias. Y es que las palabras tienen el don de evocar emociones y sentimientos muy poderosos y, sobre todo, diferentes dependiendo de cómo se usen y en qué proporción. Tú, como fiel lectora, lo sabes bien. Si te ha gustado leer mis palabras fangirleando sobre estos dos géneros, cuéntamelo en Instagram (@utopia_ana) y, si te has quedado con ganas de más recomendaciones del estilo, suscríbete a mis halcones mensajeros (newsletter) en anacalatayud.com.
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