La RAE define la palabra cliché como: «idea o expresión demasiado repetidas».
Para las lectoras (sobre todo las de romance) significa: «característica de la relación que me apetece leer en este momento».
En todo caso, son elementos narrativos que, aunque parezcan repetitivos o predecibles, cumplen su función. Nos permiten identificar el tipo de historia en la que vamos a sumergirnos y conectar con los personajes y la trama.
Los clichés en la literatura han existido desde sus inicios y no importa el género: todos tienen los suyos. Desde el elegido para salvar al mundo en una historia de fantasía hasta ese detective de pasado trágico y problemas con el alcohol en un thriller o novela negra.
Sin embargo, los clichés adquieren más importancia cuando hablamos de historias románticas, en cualquiera de sus géneros, por la sencilla razón de que las propias lectoras se la damos.
Ha sido hace relativamente poco tiempo cuando se ha puesto de moda utilizarlos para el marketing de una novela. Las redes sociales tienen mucho que ver con ello. En un mundo cada vez más visual, resulta más llamativo ver la fotografía de un libro con sus cuatro características principales, que leer una sinopsis completa.
Si eres de las personas que se pierde con este tema o si simplemente te gusta escoger tus lecturas en función de sus clichés, os dejo una breve descripción de unos pocos (existen muchísimos clichés diferentes, necesitaríamos horas para hablar de todos) y algunas recomendaciones de cada uno. Por supuesto, cada libro puede (y suele) contener varios, pero los voy a incluir dentro de lo que considero el principal. Si esto te parece un spoiler, mi sugerencia es que no sigas leyendo.
Enemies to lovers o De enemigos a pareja: los personajes al principio se desprecian, pero comparten una atracción inesperada. Tienen que ser enemigos de verdad y profesarse un odio intenso. El punto fuerte suele ser la tensión en medio del odio.
Por jemplo: Todos los ángeles del infierno, de Miriam Mosquera.
Rivals to lovers o De rivales a pareja: es similar al anterior, pero menos intenso. Aquí no tienen que ser enemigos declarados, sino rivales (en una competición deportiva, por un puesto de trabajo…).
Por ejemplo: No confíes en Asher Hall, de Myrim M. Lejardi.
Friends to lovers o De amigos a pareja: los personajes que mantienen una amistad auténtica y, en determinado momento, descubren que sienten algo más. Este cliché explora cómo las relaciones pueden evolucionar con el tiempo.
Por ejemplo: Te espero en el fin del mundo, de Andrea Longarela.
Fake dating o Cita/relación falsa: los personajes acuerdan fingir una relación (durante un determinado momento o durante toda la trama) y se dan cuenta de que esa relación no es tan falsa como parecía en un principio. Suele generar momentos cómicos y también emotivos.
Por ejemplo: Bad Ash, de Alina Not.
Second chances o Segundas oportunidades: los personajes estuvieron juntos en el pasado y rompieron por determinado motivo, pero se vuelven a encontrar en el presente y ese amor resurge. Suelen hablar sobre el perdón y la importancia de que sea la persona adecuada en el momento correcto.
Por ejemplo: Cuando fuimos somos nosotros, de María Viqueira.
Forced proximity o proximidad forzosa: los personajes se ven obligados a convivir o a pasar mucho tiempo juntos debido a algún punto de la trama del libro.
Por ejemplo: Todas las criaturas oscuras, de Paula Gallego.
Triángulo amoroso: uno de los personajes principales tiene dos intereses amorosos y debe escoger entre ellos. Presenta el dilema de las dos relaciones y la dificultad a la hora de elegir. Como lector, además, está el enorme fastidio que sientes cuando la protagonista se queda con el que menos te gustaba de los dos.
Por ejemplo: Firmado, Abril, de Paula Ramos.
Brother’s best friend o Mejor amigo del hermano: el personaje principal se enamora del mejor amigo del hermano. Suele presentar el conflicto del amor prohibido o fuera del alcance.
Aquí, con vuestro permiso, os voy a recomendar la novela que publico el año que viene y cuyo título aún no he desvelado. Si queréis saber más, podéis pasar por mis redes sociales.
Small town: la historia se desarrolla en un pueblo pequeño y encantador en el que nos sumergimos durante la lectura y casi representa un personaje más de la trama.
Por ejemplo: Cuando no queden más estrellas que contar, de María Martínez.
Como he dicho antes, existen infinidad de clichés (embarazo sorpresa, instant love, chica buena-chico malo, alumna-profesor, una sola cama…), pero no terminaríamos nunca de explicarlos todos.
Espero que os guste la selección de libros que he hecho para vosotras y, si os llama alguno en especial, les deis una oportunidad. Son todas grandes historias de grandes escritoras y, lo mejor de todo, es que la mayoría son autoras nacionales.
¡Un abrazo!
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